Viendo pasar las nubes

No se escribe porque se tenga algo que decir,
sino porque se tienen ganas de decir algo.

E. M. Cioran. Desgarradura (Ecartèlement, 1983)

12:54 a.m.

Ambiciosamente queremos llenar el espacio en blanco, ese imaginario espacio donde las palabras pueden ser edificaciones tridimensionales, donde el texto puede absurdamente convertirse en ciudades, nubes o decorado, en dependencia de la necesidad de quien escriba. Ésta es, sin dudas, una manera de evadirse a otra dimensión, de construirse una realidad momentánea para naufragar en ella y obviar un rato los sonidos, los gestos y las sentencias aburridas de la vida cotidiana. En sentido general, muchas veces solemos preferir la evasión como una vía factible de cambiarnos un poco la realidad, como un refrescador de pantalla, trance o vehículo para llegar a otro lugar, más sensorial y menos reflexivo, pero esto último es sólo en apariencia, pues ¿de qué modo nace la reflexión sino es con el arribo de determinadas sensaciones?.

El hecho de abstraerse resulta para el hombre una posibilidad de evitar, por un rato, aspectos concretos de la realidad, que a veces molestan y surten un efecto de rechazo y preocupación, dígase carencias materiales, problemas sentimentales, espirituales, estéticos, intelectuales; de manera que alcanzamos cierta relajación desde cualquier práctica de la abstracción, formando parte de los silenciosos perseguidores de utopías. De ahí que me venga a la mente la imagen de un muro con una abertura imperceptible desde donde poder intentar vislumbrar el otro lado (ese lado soñado e intangible) ¿Qué nos aguarda tras ese muro? Cómo saberlo si no somos capaces primero de acercarnos al muro.

Ese es el mismo acercamiento que presupone intercambiar frente a una obra de arte. Se me dibuja este diálogo como esa aproximación al muro, sin miedo de lo que podamos encontrar del otro lado, o simplemente no encontrar, (recordando entonces aquel muro roto al vacío del espacio en Dark City1), apelar a ese sobresalto que nos invade cuando perseguimos una quimera. Presentándose ésta de cierto modo como abstracción, ¿será acaso que utopía y abstracción no son más que redundancias?.

Supongo que sea difícil leer un texto abstracto. Es casi un ejercicio de locura, pues sería como distinguir la incoherencia de lo que está ya presupuesto como lógico, un texto debe tener un sentido, debe ser escrito para y por algo: eso siempre piensa un lector medio. Del mismo modo que piensa que una obra de arte debe perseguir un fin, de igual manera que algunos afirman que una película debe contar una historia (aunque exista Mouholland Drive2 y también detractores, yo fuera de cualquier bando, siempre al lado mío y de la duda). De manera que no puedo estar del todo de acuerdo con el lector o espectador que pretende “entender” a toda costa lo que persigue una obra de arte. Más si es este mismo individuo quien no se deja llevar en los brazos de la sensación que puede producirse ante este encuentro privado: Uno y la Obra.

La Abstracción como género siempre me ha parecido un agradable refugio ante la abundancia de significados, una terapia discreta para la vista y la mente, un elixir de purificación. No soy partidaria de la carencia de significados en una obra, pues creo que el arte existe para decir. Siempre al expresarse a través de las diversas maneras del arte y la literatura se está apelando a un exorcismo mental y eso no es otra cosa que comunicación, lenguaje. El arte es como otra lengua de nuestro vocabulario, viene siendo la intención de un esperanto sensorial y espiritual, por supuesto, también cognoscitivo.

De ahí que volvamos a entablar un diálogo directo con la obra y ella no sea más que un vehículo para conocernos más como individuos. Transparentarnos. Esa es la intención primaria de cada artista con su obra, y en este renglón paro: STOP, estoy empezando a explicar y en arte no funciona mucho lo de dar explicaciones.

02:24 a.m.

En febrero del 2004 un grupo de artistas accedieron ante mi invitación a exponer su trabajo fotográfico y de video, donde el concepto esencial era disfrutar de una visión otra de estos soportes con una idea abstraída de percibir el entorno. New Yo3 no tenía pretensiones de exponer postulados ni crear una curaduría que respondiera a una tesis estructurada sobre la abstracción en video y fotografía en el contexto del Arte Cubano, sino que transitaba por la idea de aproximarse apaciblemente a una zona menos viciada, anónima y hasta inconclusa de una manera de hacer que de modo aislado, pero con conexiones marcadas, llevaban realizando creadores de distinta formación profesional.

Siempre los inicios son pasos en terrenos movedizos, imperfectos, pero es interesante la visión de quien se aventura con franqueza a la búsqueda de un camino. New Yo visualizaba ese nacimiento, y a la vez fijaba su mirada abstraída en un quehacer que rompía con estatutos evidentes para los géneros en los que se movía, pues abstraerse en estos medios (video y fotografía) es contraproducente con la intención básica de estos soportes por naturaleza: que consiste en representar de modo fidedigno, desde la foto fija y la imagen en movimiento, la realidad exacta de las cosas.

Pero todo es un asunto de percepción, esa es una constatación de nuestra naturaleza vivencial. No significan iguales cosas las nubes para un niño que las ve tan grandes que para un hombre que igual las ve grandes, pero sabe que son el conjunto de pequeñas gotas acuosas o de cristales de hielo en suspensión en la atmósfera, resultantes de la condensación del vapor de agua, que forman una masa de color variable: las nubes blancas parecen de algodón4. Este ejemplo, sin embargo, parece pensado por el niño que no sabe el concepto exacto de una nube.

Se han sucedido en la Ciudad de La Habana varias exposiciones que giran en torno a la abstracción, más o menos exitosas en sus postulados, pero sobre todo han permitido vislumbrar una marcada tendencia del artista cubano contemporáneo hacia la abstracción desde los más disímiles soportes que no sólo se presentan ya en el tradicional género de la pintura, sino que discursan con los medios creando polémicas sobre el mismo arte y su representación, como es el caso de la fotografía abstracta, el video, la instalación y otros. Creo que ante esta luz intermitente que se proyecta al final del muro podemos saborear algunos pensamientos, uno de ellos es que agotados de tantos significados, y tantas imágenes vacías, el artista de hoy intenta redescubrir la naturaleza, el entorno y la materialidad, pretende refrendar que el arte es búsqueda y utopía. Siendo así que una ventana abierta a un paisaje ininteligible lejos de darnos pavor podrá ser agradecida, esa ventana no es más que una interrogante. Alimento para el espíritu. Fomento para respirar. Claro sólo a esos que necesitamos vivir del misterio aunque nos agotemos de él.

02: 54 a.m.

No se incomode usted si siente que ha leído en vano, y no le he dicho nada, ¿se siente obligado a leer un bloque de texto que le caiga delante de los ojos? Yo soy muy radical con esto, si no digiero con gusto el primer párrafo no me lo leo, si llego hasta el final, algo más se produjo que simple curiosidad, motivo inicial de la sed de conocimiento. Eso no implica, claro está, que no pasemos más allá de la fase informativa, pues información no implica conocimiento como dice mi amigo F. Más creo que si he logrado decir mucho y nada, al menos perseguí en poco tiempo la utopía de un texto abstraído (que no es igual a abstracto). Claro, no crea en todo lo que vea, entre las 12 y las 3 de la madrugada no sólo he estado escribiendo.

Notas:

1. Película del año 1998, Dirección y guión: Alex Proyas.

2. Película del año 2001. Dirección y guión: David Lynch. Países: USA y Francia.

3. Exposición realizada en el año 2004, Galería Luz y Oficios, Habana Vieja, Artistas: Diana Fonseca, René Rodríguez, David Pérez, Yosvani Laza, Orlando Lache, Adonis Flores, Rolando Vázquez, Rodolfo Peraza, Pedro Mora. Curaduría: Lien Carrazana Lau.

4. Tomado del Diccionario Larousse.

Publicado en el Boletín digital de Luz y Oficios
Lien Carrazana Lau
Artista y escritora
Noviembre de 2005