LIEN CARRAZANA-Dossier
CTRL+Z
La crítica de la crítica...
Viendo pasar las nubes
Goodbye to the roof
Aplicadores para pensar
¡Arriba la carpa!...
Para dibujar un camino...
Terapia de grupo

La crítica de la crítica de la crítica...1

Cada vez que me compro el Tabloide de Arte Cubano, intento leerme todos los artículos, aunque eso implique a veces una dosis de tolerancia que mi temperamento no posee. (Es un defecto o desventaja, lo reconozco) Lo que más gracia me da es que a veces logro cumplir ese objetivo, pero luego no tengo con quien comentar lo leído. Puede parecer absurdo, pues no debía ser el contexto hogareño el más notorio para estos postdiálogos, no obstante siempre es en casa donde termino hablando de mis impresiones, y no precisamente en el contexto laboral, el cual se supone sea el espacio idóneo para estos debates, ya que trabajo, dicho sea de paso, en una institución de las Artes Visuales.

Muchas veces, resulta que donde más uno espera encontrar lo que persigue, menos lo encuentra. Recuerdo entonces un mail que recibimos el colectivo de este boletín digital, donde el remitente (curador de una prestigiosa institución de las Artes Visuales) alentaba a un debate nada superficial, sobre el devenir de nuestra política cultural. Para darle quizás continuación a la línea de pensamiento que me tracé en mi anterior texto, donde hice un esbozo rápido del estado caótico del arte promocional y las instituciones encaminadas a validarlo, la exhortación e interés de este lector, me hacen encaminar mi mirada a los pilares humanos, que forman o desforman la arquitectura de la Institución - Arte.

Quizá el destino malogrado de nuestras instituciones promocionales se deba en parte también a quienes dirigen o forman parte del colectivo de estos espacios. Bien lo dice el dicho popular: Tanta culpa tiene el que mata la vaca, como el que le aguanta... y no hay peor ciego que el que no quiere ver... por eso, cada vez que puedo dejo caer, una veces con ironía, otras con condescendencia, algunos comentarios sobre lo leído en el Tabloide o simplemente compro alguno y lo presto entre mis compañeros. He de decir en honor a la verdad, que mi colectivo tiende a veces a ser bastante receptivo y alguno que otro lee y debate sobre temas de arte y más recientemente han aparecido publicaciones de uno de mis compañeros en dicho periódico. No obstante, sé sin ningún chovinismo que mi colectivo está premiado de las mismas ineficacias que creo percibir en muchos de los trabajadores de la cultura, esos mismos, y no otros, que en un momento han legitimado o malogrado las instituciones culturales.

La inacción es un síntoma muy obvio de esta etapa que vivimos, las carencias y desdenes cotidianos desvían nuestra atención del trabajo, del interés por la creación y por la investigación, al terreno abyecto de la cola en la carnicería o falta de agua o los apagones, o todo a la vez. Pero sin que sea una cita tras otra, mi jefa siempre dice que no podemos dejarnos agobiar por esos problemas, pues sino habría que apagar la luz y cerrar el centro2. Y es que muchas veces nos dejamos llevar por domesticidades, vamos al trabajo como por inercia, firmamos la tarjeta, nos sentamos frente a una pc y simulamos trabajar, mientras nuestros cerebros están ocupados en recoger al niño a las 5 y el apagón programado. ¿Dónde están esas personas aptas, capaces de redimensionar espacios, de validar propuestas, de encaminar artistas, de contribuir a formar el legado histórico de nuestra cultura? ¿Están con el delantal puesto en la cocina? No lo creo. Pues quien nace para tamal del cielo le caen las hojas (jajajaaja, me gusta eso de las citas populares).

Sin hacer catarsis podría decir, que nuestro “sector” está permiado no sólo por la desmotivación, la inercia, sino también por la mediocridad solapada tras un crédito universitario. Muchas veces, y ejemplos de estos hay sobrados en el ámbito de la critica de arte, las personas puntualmente establecidas con un criterio interesante o al menos, las personas que se encuentran actualmente intentando mantener un dialogo y una propuesta de trabajo, pertenecen a esa rara avis de “autodidactismo” cada vez mas frecuente en el arte y en la critica de arte. Sino sugiérale a el editor del tabloide que comience a incluir breve información sobre el status profesional y procedencia de las personas que han publicado en el tabloide recientemente (el editor, Hector Frometa y yo, tres ejemplos, sin contar otros3.) No es que se trate de un total distanciamiento, sino que muchas veces estas personas proceden de otro tipo de formación, dígase periodismo, pedagogía o artes visuales en si. Pero bueno, ¿y los historiadores del arte, los supuestos críticos por excelencia, donde están?.

Yo suelo últimamente terminar con más dudas que respuestas, o quizás la interrogante sea otra vía para abrir una y otra y otra ventana; como en Window, el espacio de las ideas da la posibilidad de infinita caja china, tras un velo que se descorre queda otro, y muchas vueltas puede que de y a usted le parece la mar de tedio este texto, pero yo me sigo preguntando ¿Dónde está la crítica de arte?.

Notas:

1. Frase de Onmi dicha a modo de poesía rapeada, en presencia del crítico Héctor Antón, en una de las pasadas ediciones de Puente Sur, evento de performance de Provincia Habana.

2. Luz y Oficios pasó más de 6 meses sin agua, lo cual implicaba que los trabajadores no poseían baños ni agua potable. Ya el problema se ha resuelto, aun así, casi nunca nos fuimos antes de hora, ni mucho menos al 70 % para la casa. Porque además en los 5 años que llevo trabajando nunca hemos tenido almuerzo de manera establecida y no hemos acortado por ello, tampoco, la jornada laboral. (ojo: esto sin ánimos de que vengan a ponernos una medalla, no es para tanto.)

3. Otros como Frency Fernández o Luis Eligio Tonel que ha ejercido la teoría y critica de arte tratándose de un artista, por poner dos ejemplos representativos.

Publicado en el Boletín digital de Luz y Oficios
Lien Carrazana Lau
Artista y escritora
Diciembre 2005